Aprovechamos, tempranito, que amaneció con un mar de nubes justo a nuestros pies y salimos a pasear por el monte con mucho cuidado de no pisar los nuevos pinos que ya han nacido.
A pesar del calor, el monte nos regala aún toda su belleza, disfrutando de las fayas, los pinos, los brezos......
Cogemos el sendero que nos lleva a Las Raíces para dirigirnos a la Terraza de Bety donde nos dimos un suculento banquete para proseguir nuestra ruta.
Luego nos dirigimos hacia la fantástica pista del Aceviñal, que a esa hora aún no estaba colapsada. Realmente es una gozada pasear por ella, con tanta vegetación bordeándola, bosque verde en todo su esplendor, con la floración de Malfurada, Flor de Mayo, Codeso, Cresta de Gallo.......
Abandonamos El Aceviñal y entramos en la pista El Cascajal para luego abandonarla por una vereda e introducirnos de lleno en el Barranco de Los Berros.
Caminamos por todo su cauce ascendiendo hacia El Aceviñal, disfrutando de muchísimos Cardos de monte verde y Diente de León.
Un poco de agua e iniciamos el descenso por la otra ladera del barranco, dirigiéndonos hacia el depósito de agua de Los Berros, intentando evitar la zona que denominamos el cementerio de los eucaliptos, ya que han matado a todos los que estaban por ese lugar.
Desde el depósito bajamos a la carretera general, allí sí que pudimos disfrutar de los hermosos y enormes eucaliptos que aún no han asesinado..
Y ya que estábamos en la carretera, sacamos los guantes y las bolsas y comenzamos la recogida de residuos en la cuneta hasta llegar a nuestro punto de inicio y fin de la ruta, en Las Barreras, donde nuestro Huertito.
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