Es época de cosechar la caléndula silvestre que nos ofrece la Madre Naturaleza.
Por supuesto no cosechamos todas las flores, siempre dejamos bastantes para las abejas y demás visitantes.
Una parte las hemos puesto a secar para hacer infusiones y otra ya la tenemos en aceite para esos dolores e inflamaciones que a veces se nos muestran en nuestros cuerpitos físicos.
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