Hoy nos acercamos a Igueste de San Andrés, que siempre nos recibe con los brazos abiertos, para disfrutar de una tarde espectacular en su Semáforo.
Igueste de San Andrés, es uno de los pocos enclaves rurales del municipio de Santa Cruz, situado en el valle del mismo nombre, y guarda todo el encanto de un lugar que, como consecuencia de sus características orográficas y su difícil acceso hasta fecha muy reciente, ha preservado el aire genuino y propio de las localidades de antaño en las islas, con ejemplos de la arquitectura tradicional canaria en un apacible ambiente.
Después de disfrutar de este hermoso lugar, sus cultivos, su gente......., comenzamos el ascenso hacia nuestro objetivo: El Semáforo.
Sin aún llegar a mitad del camino tuvimos un pequeño percance con el calzado, pero lo solucionamos rápidamente tirando del botiquín que nunca debe faltar en una mochila y seguimos ascendiendo respirando paz, imaginando aquellos años dónde tanto trabajo costó realizar lo que hoy estuvimos andando.
También sacamos guantes y bolsa para recoger los residuos y afortunadamente tan sólo encontramos tres cosas: una lata, una compresa y una mascarilla. ¡Muchas gracias a quienes no hayan dejado rastro de su visita! y a quienes sí que lo dejaron: ¡Respeten los entornos naturales!
Un poco más adelante del cruce que va hacia la Atalaya, hicimos una pausa para merendar y llenarnos de tan hermosos paisajes y comenzamos el descenso hacia el Semáforo.
Con todo el respeto y humildad entramos para revisar si habían residuos y aprovechamos para fotografiar la playa de Antequera.
Seguidamente iniciamos el regreso al punto de partida deleitándonos de un hermoso atardecer y puesta de sol.
Enlace blog del Semáforo con su historia:
http://semaforodelaatalaya.blogspot.com/2018/03/el-semaforo-de-la-atalaya-igueste-de.html


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